MALAYSIA


SELAMAT DATANG A MALAYSIA



Nuestro viaje a Malaysia fue de 15 días. En pleno agosto.


Malaysia, ese país poco transitado por el turismo todavía alberga cosas positivas y no tan positivas. Al ser un país no masificado todavía, te permite conocer lugares auténticos pero por otro lado, moverse por el país es más complicado. Aunque merece y mucho la pena.

ITINERARIO:



Día 1: KUALA LUMPUR

Día 2: JERANTUT

Día 3: TAMAN NEGARA

Día 4: PERHENTIAN

Día 5: PERHENTIAN

Día 6: PERHENTIAN

Día 7: PERHENTIAN

Día 8: MERSING

Día 9: TIOMAN 

Día 10: TIOMAN

Día 11: KUALA LUMPUR

Día 12: LANGKAWI

Día 13: LANGKAWI

Día 13: LANGKAWI

Día 14: LANGKAWI

Día 15: LANGKAWI



DÍA 1: KUALA LUMPUR

La llegada a Kuala Lumpur fue a las 17.15h y nada más bajar del avión, en las tiendecitas que hay en el mismo aeropuerto, compramos una tarjeta para el móvil para 15 días que nos costó 15 euros. Además, sacamos dinero en los cajeros automáticos que, con la N26, nos salía más barato que hacer cambio de efectivo.



Utilizamos la app GRAB que nos llevó hasta nuestra primera noche de hotel.

Nos hospedamos en el hotel Kitez Hotel & Bunkz, situado en el mismo centro de Kuala Lumpur, en el barrio chino. Nos gustó mucho la ubicación. Y nos costó una noche 92,06 MYR que al cambio son 20 euros. 

El barrio chino es uno de los sitios al que debes ir en tu parada en Kuala Lumpur. El ambiente nocturno es genial para pasear, hacer algunas compras de productos típicos, frutas, probar la cocina malaya y regatear. Regatear mucho. Inflan los precios cuatro veces del precio al que te lo deben vender. Practica para regatear en esta ciudad. Te dará experiencia!

Barrio chino

Cansadísimos del avión y largo viaje, lo que más nos apetecía era una buena ducha. Nuestra cena fue en el mismo barrio chino, arroz frito y tallarines, una cerveza de medio litro y una coca cola, en un puestecito del mercado del barrio chino. La cena nos costó 12 euros. Caro por tratarse de estos países pero es que en Malasia predomina el musulmán y por tanto, el alcohol es carísimo! Una cerveza te puede costar 4-5 euros.

Tallarines con verduras



Arroz frito con pollo (riquísimo)


Y tenemos que decir, que nada más llegar nos chocó muchísimo el fuerte olor de la ciudad. Pronto descubrimos qué era. DURIAN!!! La fruta con olor a basura. Literalmente huele a basura. Pronto nos daremos cuenta que huele mal pero está riquísimo.


DÍA 2: BATU CAVES

Somos de madrugar y aprovechar al máximo el día. Por eso, a las 6 a.m nos levantamos, preparamos nuestras mochilas y pedimos un Grab que nos llevó a las Batu Caves. El viaje costó 5 euros y duró 20 minutos. Si prefieres, puedes llegar en transporte público: múltiples autobuses (líneas 11, 11D y 69) salen continuamente desde el centro, o puedes tomar un tren desde KL Sentral, que tarda unos 30 minutos y te deja a poco más de 150 metros de las Batu Caves por solo 5,20 MYR (algo más de 1 euro). Los trenes salen cada 50 minutos, así que es bueno tenerlo en cuenta para no perder tiempo esperando en la estación.

Las Batu Caves abren a las 7 a.m y es la mejor hora para evitar las largas colas de turistas. Disfrutamos mucho la subida, aunque la bajada, con más gente, fue un poco menos placentera. ¡Pero son IMPRESIONANTES!

Este santuario, formado por cuevas y templos sobre una colina, está decorado con estatuas y detalles hindúes, nos dejó sin palabras.




Batu Caves






Si vienes en pantalones cortos, tendrás que alquilar una especie de pareo. Aquí va un SUPER CONSEJO: ve en pantalones largos. Los pareos que te prestan son muy incómodos y pican mucho. No sabemos desde cuándo no se lavan, pero por el olor y el aspecto, parece que nunca han visto agua ni jabón. El alquiler del pareo cuesta 5 MYR, poco más de un euro, y te devuelven 2 MYR al devolverlo. En Malasia hace mucho calor, así que muchas mujeres llevamos pantalones o faldas cortas y tuvimos que pagar por el pareo.

Para llegar arriba, tendrás que subir 272 escalones. Vale la pena, siempre tendrás a tu derecha la majestuosa y dorada estatua del dios Murugan.

Visitar las Batu Caves te tomará medio día si planeas ver todas las cuevas, desde la cueva principal, Temple Cave, hasta la Ramayana Cave y la Dark Cave. Si solo quieres ver la cueva principal, la visita te tomará unas dos horas, incluyendo el transporte.

En cuanto a precios, la entrada a la Temple Cave es gratuita. La entrada a la Ramayana Cave cuesta 5 MYR (1 euro) y a la Dark Cave 35 MYR (unos 7.5 euros). Nosotros solo entramos a la Temple Cave, pero las otras cuevas también deben ser bonitas de visitar, aunque no podemos opinar sobre ellas.

Ten cuidado con los monos. No lleves comida en las manos y no les ofrezcas nada. Pueden morderte o robarte. Si te muerden, tendrás que ir rápidamente a un hospital para recibir la vacuna contra la rabia (son 5 dosis).










Como llegamos bien prontito, también bajamos prontito. Y nos dio tiempo de ver los alrededores de las Batu Caves todavía sin turismo. Había algunas paraditas, con frutas, cocos para beber... y lo que más nos sorprendió es que "el camión de la basura" eran dos chicos en una moto.



A mediodía, tomamos un Grab (unos 5 euros) que nos llevó al Central Market. Allí, encontramos muchas paradas de comida y zumos súper baratos, y un gran centro comercial con tiendas típicas malayas: ropa, comida, artesanía...

Sin planearlo, probamos el durian. Para quienes no lo sepan, esta fruta huele literalmente a basura. Si no lo creen, consulten Wikipedia. Comiendo una macedonia de frutas, accidentalmente comimos durian y, ¡sorprendentemente, no estaba malo!

Ese día comimos en el Central Market: arroz frío, insípido y pastoso, acompañado de pollo o pato (todavía no estamos seguros), también frío y duro. Y los refrescos, ¡vienen en bolsa con una pajita!

Comida del Central Market, una plasta.


Y QUÉ DECIR DE LOS BAÑOS!
Son un agujero en el suelo y además de pago! 


Desde Central Market cogimos un Grab que nos llevó a la estación Sentul Bus Station donde cogimos un autobús que nos llevaba hasta Jerantut. Jerantut es el pueblo más cercano a Kuala Tahan (Taman Negara).

El trayecto nos costó 20 RYM (4 euros) por persona y duró 3 horas y media. Era bastante cómodo, con aire acondicionado y WiFi aunque no nos funcionó. Éramos casi todos los pasajeros turistas y gran parte españoles. Hicimos unos amigos encantadores de Bilbao.

En Jerantut nos alojamos en el Hill Hotel, a unos 200 metros de la estación de buses donde te dejan en el pueblo. Un hotel-sótano sin ventanas, muy bonito por fuera, eso sí. Nos costó  50 RYM desayuno incluido pero como nos íbamos muy pronto al día siguiente no lo pudimos aprovechar. A 50 metros del hotel hay un Pizza Hut, por si necesitas un poco de comida europea!

El pueblo no tiene ningún encanto especial, simplemente es un pueblo de paso, para dormir y salir temprano hacia Kuala Tahan.



DÍA 3: TAMAN NEGARA

Como leímos en varios sitios que había autobuses desde las 5:30 a.m. y somos muy madrugadores para aprovechar bien el día, quisimos tomar el primer autobús. A las 5 a.m. ya estábamos esperando en la estación. El camino del hotel a la estación de buses estaba oscuro y lleno de perros salvajes, así que cuidado.

Frente a la estación, hay un 7-Eleven donde desayunamos y compramos provisiones. Al llegar a la estación, no había ningún bus ni nadie más que la mujer de la limpieza. Muy amablemente, nos preguntó a dónde íbamos y nos dijo que el primer autobús a Kuala Tahan no salía hasta las 8.

De casualidad, encontramos un taxista con un taxi tan antiguo como él, que nos llevó a Kuala Tahan por 15 euros en una hora. ¡Qué viaje! ¡Qué curvas! El señor puso gasolina con el motor en marcha y un cigarro en la boca. Solo le faltaba hablar por el móvil. Si te mareas, lo pasarás mal, seguro.

Como llegamos tan temprano a Kuala Tahan, en el hotel donde nos hospedamos, Han Rainforest Resort, nos dejaron dejar las mochilas, lo cual fue un buen detalle. La noche nos costó 94.91 MYR, unos 20 euros. Fue el único hotel donde tuvimos baño compartido con el resto de los huéspedes, ya que las habitaciones con baño privado triplicaban el precio. El hotel estaba bien ubicado, un poco alejado, pero en una zona tranquila, lejos del bullicio.

Y ya libres de carga, ¡rumbo a la selva!

Para llegar a la selva, hay que cruzar el río. Para cruzarlo, se utilizan unos botes. Cruzar el río cuesta 1 MYR y el trayecto dura 20 segundos.





Taman Negara, con sus 130 millones de años, es la selva más antigua del mundo, y se accede a ella desde Kuala Tahan.

Una vez cruzado el río, hay muchas rutas disponibles. No es necesario un tour ni reservas previas. Para nosotros, ir por libre es lo mejor. Hicimos una ruta circular de 3 horas, subiendo al Teresek Hill y pasando por el Canopy Walk, pero ambos estaban cerrados por remodelación. Así que bajamos hacia Lubok Simpon, el camino que lleva al río.

El camino más sencillo y transitado es el Canopy Walk, un conjunto de puentes colgantes a 40 metros de altura. Si sufres de vértigo, algunos tramos te pondrán a prueba. Aunque te prometan avistamientos de animales, verlos es realmente difícil, pero te sentirás como un mono colgado de los puentes.

Todo está muy bien señalizado, por lo que no hay posibilidad de perderse. Casi todos los caminos tienen pasarelas de madera y, si no, el camino de tierra es muy cómodo. Si prefieres, puedes contratar excursiones en cualquier agencia en Kuala Tahan y en la entrada del parque.


¡IMPORTANTE! Lleva agua y dinero en efectivo, ya que en Kuala Tahan y en Taman Negara no hay cajeros.










La caminata duró hasta las 16h, después de lo cual fuimos a explorar el pueblecito de Kuala Tahan. Nuestra cena consistió en patatas Pringles y Oreos, ya que la comida del hotel no tenía buena pinta ni estaba en buen estado. Al día siguiente necesitábamos comprar los billetes de bus y ferry para ir a Kuala Besut y, de ahí, a las islas Perhentian. Compramos los billetes en una oficina céntrica llamada NKS, cerca de todos los hostales. Fueron muy amables y nos costaron 90 MYR por persona.


DÍA 4: PULAU PERHENTIAN


Nuestro día empezó a las 8 a.m. frente a la agencia que nos vendió los billetes de bus y ferry. Los conductores nos organizaron por nacionalidad, colocando a todos los españoles juntos y a una simpática familia de egipcios. Nos subieron en una van, una mini furgoneta, con 10 pasajeros, aunque en España no podrían ir más de 5 personas. El viaje duró 6 largas horas, con muchas curvas que nos marearon a la mitad de los pasajeros. Afortunadamente, el conductor era encantador y paró un par de veces para que nos diera el aire cuando se lo pedimos.

Hicimos una parada para comer en un restaurante, pero no nos atrevimos a comer allí, así que volvimos a nuestra dieta de Pringles y agua. ¡Las Pringles nos salvaron muchas veces!

Llegamos a Kuala Besut a las 17h. De manera muy organizada, nos condujeron a la agencia donde compramos los billetes para el ferry, que costaron 70 MYR por persona ida y vuelta. Desde allí, caminamos 100 metros hasta el puerto, y un trabajador de la agencia llevó nuestras maletas en una moto con sidecar.

Kuala Besut es considerado uno de los paraísos del sudeste asiático. Es un conjunto de islas sin carreteras, aún no masificadas, con playas de aguas cristalinas y turquesas, y arena blanca y fina. No está abierta todo el año, solo de abril a octubre, debido al temporal, lo que ha evitado su masificación. Tiene pocas construcciones y hoteles que no rompen la estética de isla paradisíaca de ensueño.

Tomamos el ferry que nos organizó por islas y playas. A nosotros nos dejó en Pulau Besar. Pulau Kecil es la isla más mochilera, llena de hostales y diversión. Nosotros buscábamos algo más de relax, por lo que reservamos un hotel en Pulau Besar. No nos arrepentimos; nos gustó mucho más que Kecil.


Aquí pasamos 4 noches de puro relax en el hotel Samudra Beach. Es un complejo de bungalows situados directamente en la arena de la playa. Los trabajadores son encantadores y, a pesar de trabajar casi 24 horas, nunca pierden la sonrisa. La estancia de 4 noches nos costó 594 MYR (126 euros), ¡lo cual es una gran oferta por un bungalow en la playa! La habitación estaba bastante limpia y convivimos con un pequeño lagartito.




El hotel tenía vistas al mar. Pero a primera línea de mar, y es que estaba en la misma arena:




Nada más llegar, y teniendo en cuenta nuestros dos últimos días alimentándonos de Pringles, nos fuimos a comer un sándwich de pollo. ¡Qué rico estaba! También disfrutamos de unos zumitos de sandía y piña bien fresquitos y recién exprimidos.







DÍA 5: PULAU KECIL


Conseguimos el contacto de una española que trabajaba en un centro de buceo en Perhentian, de la empresa Antigravity Divers


Nos vinieron a buscar a nuestra isla (Besar) en un taxi acuático y nos llevaron a Kecil, donde tienen su centro. Nos trataron excepcionalmente bien. Contratamos dos inmersiones, que nos costaron 60 euros en total, un precio muy barato comparado con el buceo en España.


La vida marina es extensísima mires por donde mires:






Para finalizar, recorrimos un poco la isla de Kecil antes de tomar el water taxi que nos llevara de vuelta a nuestra isla.


DÍA 6: PULAU BESAR

Fue un día merecidamente relajante, ideal para disfrutar de la playa y pasear por la isla. Las aguas cristalinas y la arena dorada invitan a dar largos paseos. Detrás de nuestro hotel había un sendero que se adentra en la isla. Es un camino muy bonito y recomendable.





Esa noche cenamos una barbacoa de pescado en un restaurante junto a nuestro hotel, con vistas muy bonitas. El dueño, un indio, intentó engañarnos varias veces, y no solo a nosotros, sino a casi todas las mesas. Nos cobraba de más, no solo un poco, sino duplicando y triplicando la cuenta. Así que fue nuestra primera y última vez allí. Las siguientes noches cenamos en el hotel, donde nos trataron de maravilla.



DÍA 7: TOUR SNORKEL

Frente a nuestro hotel había un pequeño puesto de venta de tours. El día anterior, reservamos un tour para disfrutar de esa mañana. El tour duraba desde las 9 hasta las 14h y nos costó 10 euros por persona. En el bote éramos 12 personas y nos llevó a 4 puntos de snorkel.

Primero fuimos a Blue Lagoon, donde tuvimos tiempo para explorar el fondo marino. Luego visitamos "Turtle Point", donde nos dijeron: "Turtle Point, no turtle!".


Es decir, en el punto de tortugas no había tortugas. También fuimos a Shark Point, donde, como se puede imaginar, no había tiburones. La Blue Lagoon era realmente azul, por lo menos acertaron en eso. Finalmente, nos llevaron a una isla donde vimos una tortuga, aunque fue una pena que los turistas la agobiaran mucho. Nosotros la observamos desde una distancia respetuosa para no molestarla. 
Por suerte, contamos con una buena cámara submarina con buena resolución y zoom.


Nuestro día termina relajándonos en la playa tras un paseo por la orilla del mar, tomándonos unos zumos recién licuados y con una pellizcada de cangrejo en el culo! Un día redondo y completo!


DÍA 8: MERSING

En el hotel, al llegar a la isla, te preguntan qué día y a qué hora quieres que el ferry venga a buscarte. Así que tu regreso a tierra firme es muy cómodo: a la hora acordada, un bote (aunque incómodo y con el doble de capacidad permitida) te recogerá en el muelle más cercano a tu hotel y te llevará a Kuala Besut.

Allí, al bajar del bote, te encontrarás con numerosos taxistas ofreciéndose para llevarte a la estación de autobuses "Terminal Bersepadu Selatan", donde tomamos el bus a Mersing. El bus salió con 2 horas de retraso, lo que generó un poco de preocupación ya que solo hay un bus al día para ese recorrido. Afortunadamente, no lo habíamos perdido, solo hubo retraso.

El viaje en bus desde Kuala Besut a Mersing duró 5 horas y media y costó 46 MYR por persona, es decir, unos 20 euros en total para ambos.

En Mersing, tuvimos varios inconvenientes. Al no tener reservas de transporte, al llegar a la estación intentamos comprar los billetes de bus para el día 12, pero estaban completos, por lo que tuvimos que reservar para el día 11, perdiendo una noche. Los imprevistos son parte del viaje.

Luego, empezó a llover intensamente mientras buscábamos un billete de ferry para el día siguiente a Tioman. Lamentablemente, debido a las festividades chinas, Tioman era el destino favorito, así que no había ferris disponibles por la mañana. Solo conseguimos uno para la tarde.

Mersing no tiene mucho encanto. Nos alojamos en el Oyo 703 MyRa Hotel, que costó 54 MYR. Dormimos bastante bien, aunque compartimos la cama con un par de cucarachas. Además, nos despertaron a las 3 de la mañana con los rezos musulmanes, que fueron bastante ruidosos.




DÍA 9: TIOMAN

Como la mañana la perdimos en Mersing, aprovechamos para comprar unos móviles, una gran compra, móviles que en esas fechas, todavía no había llegado la marca VIVO a España: unos VIVO S1 Pro.

Por la tarde, tomamos un Grab que costó 3 euros y nos llevó al puerto para embarcar en el ferry hacia Tioman. El ferry costó 45 MYR por persona, y la entrada a la isla fue de 30 MYR por cabeza.



Qué ferry más incómodo. ¡Unas olas tremendas! El mareo fue intenso. El trayecto, que normalmente dura hora y media o dos horas, se extendió a casi 3 debido al oleaje. Los asientos eran incómodos y medio barco estaba vomitando. Fue toda una aventura. El ferry te deja en la playa de tu hotel y va anunciando las paradas.

Nosotros fuimos dejados en la playa ABC, donde el personal del hotel nos recogió en una moto con sidecar para llevar nuestras mochilas, mientras nosotros íbamos caminando. El hotel está a solo 10 minutos andando del muelle.

El hotel, ABC Beach Tioman, costó 300 MYR por 3 noches (63 euros), pero solo disfrutamos de 2 noches debido al caos con la pérdida del billete de bus y ferry.



DÍA 10: TIOMAN

Como solo tuvimos un día y poco más en la isla, nos dedicamos a recorrerla. Nuestro principal consejo para esta isla es... RELÁJATE. Es un lugar de ensueño, con playas paradisíacas, palmeras y callejuelas estrechas ideales para explorar en bicicleta. Aprovecha para descansar de tu viaje y disfrutar de este paisaje de postal.








En Tioman no comimos en nuestro hotel. Paseando por la calle principal (la única de la isla), encontramos un chiringuito con vistas al mar que ofrecía comida deliciosa. O mejor dicho, arroz delicioso, ya que nos encantó y fue nuestra dieta principal durante esos dos días: arroz y zumos naturales. ¡Qué nostalgia de esos zumos tan fresquitos!




DÍA 11: KUALA LUMPUR

Como había problemas con los ferris llenos, tuvimos que tomar el ferry de regreso a tierra firme a las 6 de la mañana. Para la próxima vez, sabremos que los ferris no van siempre llenos. No se venden todos los asientos de antemano, así que si llegas sin billete, puedes subir al ferry y pagar por el billete en el momento en que te lo pidan.

En Mersing, tomamos un autobús improvisado que nos llevó a Kuala Lumpur en 6 horas. Debido a la improvisación, tuvimos que reservar un hotel en Kuala Lumpur esa misma noche a través de Booking. El hotel se llama Smart Boutique Hotel y costó 41 MYR por una noche, unos 9 euros. Esta vez no estuvimos en China Town, sino al otro lado de la ciudad.

El hotel estaba muy bien: limpio y con agua caliente, que parece un básico pero algo no tan fácil de encontrar en el sudeste asiático por estos precios. Además, el recepcionista fue muy simpático y, al ver que éramos de Barcelona, nos dijo "Bon dia".

Nos sorprendió mucho la casi inexistencia de supermercados en Malasia. Tuvimos suerte de que el hotel estaba al lado de uno, así que buscamos algo de verdura para cenar, ya que estábamos cansados de comida frita y basura. Anhelábamos algo saludable para el cuerpo. No es fácil encontrar verdura en Malasia, pero hicimos lo que pudimos con lo que encontramos.






DÍA 12: TORRES PETRONAS

Al día siguiente, decidimos caminar hasta el centro para ver las Torres Petronas. Aunque estaban un poco lejos, nos apetecía estirar las piernas. Sin embargo, siempre puedes optar por un Grab, que te llevará al centro en un santiamén por pocos euros.

Las Torres Petronas son uno de los principales atractivos turísticos de Kuala Lumpur.



Las Torres Petronas son impresionantes. Se pueden ver desde casi cualquier punto de la ciudad. Estas torres gemelas, las más altas del mundo, ocupan un lugar destacado en el ranking de los rascacielos más altos, con una altura de 452 metros y 88 pisos. Puedes visitar el interior si te apetece, y ambas torres están conectadas por el "Sky Bridge", el puente más alto del mundo que une dos torres. Cada día, más de 10.000 turistas las visitan. Aunque la entrada no es imprescindible, las vistas panorámicas desde el último piso son realmente espectaculares.

Junto a las Petronas, hay un centro comercial donde aprovechamos para pasear y comer antes de nuestro vuelo a Langkawi. En el centro comercial, Ángel se hizo unas gafas graduadas, que tuvieron listas en solo 10 minutos. Nos costaron 50 euros, incluyendo montura y cristal, y nos dieron una botella de agua.

Esa tarde volamos a Langkawi. En agosto, es temporada de monzones en esa parte del país, pero llegamos sin problemas. El Grab desde el aeropuerto hasta nuestro hotel costó 3 euros.

Nos alojamos en Kampung Guest House durante 4 noches, por un total de 320 MYR, unos 68 euros. El hotel está situado en el centro de Langkawi, en una calle tranquila pero céntrica, alejada del bullicio principal. Langkawi es una isla Duty Free, por lo que el alcohol es más barato en comparación con el resto del país, teniendo en cuenta que Malasia es un país musulmán. Es como una versión asiática de Andorra, con más vida nocturna, por lo que agradecimos la tranquilidad del hotel alejado del ajetreo nocturno.


DÍA 13 a 15: LANGKAWI

Langkawi, conocida como la joya de Kedah y la Isla Duty Free, se encuentra en el mar de Andamán, cerca de la frontera con Tailandia. Desde Langkawi, puedes contratar tours y transporte a islas del sur de Tailandia, como Koh Lipe.

Langkawi es un archipiélago de poco más de 100 islas, aunque la isla principal es el principal destino turístico. Ofrece una variedad de actividades, desde deportes acuáticos como esquí acuático, hasta trekkings por la selva o un paseo en teleférico para ver la isla desde las alturas. Es una isla para todos los gustos, donde es imposible aburrirse.

Se la conoce como isla Duty Free por ofrecer productos libres de impuestos, como alcohol, chocolate y tabaco.




Pantai Cenang es la zona más animada de Langkawi. A lo largo de la playa encontrarás una variedad de restaurantes, tiendas de souvenirs y las famosas tiendas Duty Free. Si te apetece algo más internacional, también puedes visitar Starbucks o McDonald's.

Otro lugar que no te puedes perder en la isla son las Seven Wells. Este atractivo natural ofrece un respiro refrescante durante los calurosos días. Se encuentran cerca del teleférico, y para llegar allí deberás subir unas cuantas escaleras, ¡pero no te preocupes! Una vez arriba, te espera un agradable chapuzón.

No te olvides de contratar un tour de Isla Hopping. Lleva contigo agua, traje de baño, toalla, gafas de sol y un sombrero. En las agencias a lo largo de Pantai Cenang encontrarás opciones para estos tours. A las 8 de la mañana, nos recogieron en una furgoneta en la agencia y nos llevaron al muelle, un trayecto de aproximadamente media hora.

Muelle para tour a Islas Hopping


El tour es en inglés, bueno, más que un tour es un transporte de isla en isla pues poco te explican! En la primera parada te dejan en una isla sin habitar, donde deberás pagar un par de euros para poder acceder. Una vez dentro, pasarás por unas pasarelas de madera llena de macacos que te conducirá hasta un gran lago rodeado de vegetación endémica. Puedes navegar por el lago con un barquito a pedales si te apetece como hicimos nosotros.





Después de pasar dos horas en la primera isla, regresarás a tu embarcación para continuar hacia tu siguiente destino. La segunda parada te llevará a un mirador de águilas de cabeza blanca, el emblema de Langkawi. No bajarás a tierra firme, sino que observarás estas majestuosas aves desde tu lancha.

La última parada es en otra isla, donde tendrás la libertad de disfrutar durante dos horas. Puedes bañarte en sus aguas cristalinas o pasear por la orilla. Sin embargo, la isla tiene una particularidad: está poblada por macacos muy curiosos y bastante traviesos. ¡No olvides mantener tus pertenencias a salvo!




Cada noche, disfrutamos paseando y cenando en las food trucks que llenan las calles de Pantai Cenang al caer el atardecer. Cenamos allí todos los días, y fue una experiencia muy agradable y económica. Un pincho de calamar costaba 1,50 euros, mientras que el pincho de pollo solo 1 euro. ¡Una excelente manera de disfrutar la comida local sin gastar mucho!
















DÍA 15: MONZÓN CON REGRESO

Pasamos dos días bajo el aguacero del monzón, y el último día, el más intenso del temporal, teníamos que tomar tres aviones. Si perdíamos el vuelo desde Langkawi, perderíamos los demás. Sin embargo, nos dimos cuenta de que en esta región están tan acostumbrados a los temporales que no afectan la operación de los vuelos. ¡Todo salió bien y los aviones volaron según lo previsto! ¡UF! ¡MENOS MAL!



Siempre volvemos de los viajes con el corazón lleno de melancolía. Quizás seamos unos sentimentales incurables, pero nos resulta imposible no sentir una profunda tristeza al despedirnos de un lugar que hemos llegado a amar.

Cada despedida nos toca el alma. Nos damos cuenta de cuánto hemos disfrutado, de cuán intensamente hemos vivido cada momento, y el simple hecho de dejar atrás esos lugares y experiencias nos llena de un vacío inesperado. Los recuerdos felices y las aventuras vividas se entrelazan en nuestra mente, y el regreso a la rutina diaria parece despojar a nuestra vida de la magia que nos ofreció el viaje.

Es un sentimiento agridulce, una mezcla de gratitud por las experiencias vividas y una profunda nostalgia por los momentos que se van. Nos duele despedirnos de los paisajes que nos dejaron sin aliento, de las culturas que nos enriquecieron, y de las personas que hicieron que nuestro viaje fuera aún más especial. Cada rincón que exploramos, cada rincón que descubrimos, queda grabado en nuestro corazón.

Puede que sea el precio de amar profundamente lo que uno explora, y aunque este dolor sea parte de la experiencia de viajar, no lo cambiaríamos por nada. Tanto esfuerzo en organizar un viaje durante meses para no perderte nada, para exprimir al máximo cada momento y para llevarnos ese recuerdo que siempre nos llevamos cuando volvemos de un destino así. Nos abrazamos a los recuerdos con la esperanza de que algún día, volveremos a sentir esa misma magia en el siguiente viaje.



Y RECUERDA QUE... Malaysia alberga lugares salvajes, con muchísima esencia y sin masificar. No tardará en ponerse de moda y perder esa esencia que tiene, como sus países vecinos, así que nuestra recomendación es no esperar mucho para conocer este país pues todavía mantiene su encanto natural.

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