ITINERARIO DE 13 DÍAS
Día 1: Llegada a FUNCHAL.
Día 2: Recogida moto y Mercado de Lavradores.
Día 3: Cámara de Lobos + Curso de buceo
Día 4: Ribeira Brava. + Curso de buceo
Día 5: Machico + Caniçal + Curso de buceo
Día 6: Santana y Parc de Queimadas
Día 7: Ruta de las 25 Fontes
Día 8: São Vicente + Grutas
Día 9: Porto Moniz
Día 10: Santa Cruz y Santo Antonio
Día 11: Porto Santo
Día 12: Zona Velha, funicular y trineos de mimbre
Día 13: Vuelta a casa
DÍA 1: FUNCHAL
Funchal es el mejor destino insular del mundo, y no lo decimos nosotros, sino que tiene 4 World Travel Awards, durante 4 años consecutivos.
DÍA 1 FUNCHAL:
Nos alojamos en un antiguo bloque de pisos en Funchal, con cuatro habitaciones cada una equipada con cocina y baño privados. Aunque el edificio era un poco anticuado y no tenía ventanas al exterior, solo al patio de luces, estaba en una ubicación céntrica en la zona peatonal. El coste fue de 408 euros por 12 noches, lo que nos pareció bastante razonable.
Desde el aeropuerto al centro, optamos por el autobús, que pasa con bastante frecuencia desde la zona de llegadas, así que no fue necesario tomar un taxi. Sin embargo, las carreteras en Madeira son realmente impresionantes, con curvas y pendientes que desafían el vértigo, y los conductores parecen tener un talento especial para maniobrar por ellas sin inmutarse.
A nuestra llegada por la noche, no tuvimos mucho tiempo para explorar, pero tuvimos suerte. Justo a 50 metros de nuestro hotel, en el mismo lugar donde el autobús nos dejó, encontramos una pequeña heladería. ¡Qué delicia un helado de maracuyá y mango! (Todavía me hace agua la boca al recordarlo).
DÍA 2: Moto y Mercado de Lavradores.
Cerca del hotel, a menos de 10 minutos andando en Rue da Alegria 23B, encontramos una tienda de alquiler de vehículos llamada 4&2 Wheels Rent. Nos atendieron genial, y alquilar una moto por 12 días nos costó 235 euros, con un depósito de 150 euros que nos devolvieron al instante al devolver la moto. La moto que elegimos fue una Yamaha N-Max 125 cc, nuevecita, con menos de 200 km en el contador.
Con la moto, exploramos los alrededores y los rincones más lejanos de Funchal para orientarnos mejor.
Uno de los lugares más conocidos en Funchal es el Mercado de Lavradores, famoso por su impresionante variedad de frutas exóticas y su zumo de caña de azúcar. Aunque los precios son bastante altos y parece estar dirigido a turistas, el mercado es un lugar interesante para pasear. Los tenderos son amables y te permiten probar las frutas antes de comprarlas. Contamos más de 10 tipos diferentes de maracuyá. Justo enfrente del mercado hay una frutería que vende productos similares a precios más bajos, pero el mercado en sí es un lugar pintoresco y colorido.
Además de frutas, el mercado también tiene puestos de carne y pescado. El pez espada es muy popular aquí, aunque es diferente del tipo que conocemos; es el sable negro, que habita a 1500 metros de profundidad. También hay una sección de flores, destacando la Estrelicia o Ave del Paraíso, la flor emblemática de Madeira.
Un kilo de cualquier fruta tropical en el Mercado de Lavradores costaba 20 euros, mientras que en la frutería de enfrente, el precio era de solo 4 euros el kilo. A pesar de los precios altos del mercado, decidimos probar algunas de nuestras frutas favoritas de Madeira.
Nuestra selección incluyó:
- Plátanos de Prata: esos mini platanitos dulces y sabrosos que son una delicia.
- Higos blancos: jugosos y perfectos para un snack saludable.
- Maracuyás: probamos varios tipos, cada uno con su sabor único y exótico.
- Banana ananás: una variedad de banana con un toque afrutado y aroma especial.
Cuando el hambre empezó a apretar, decidimos bajar al casco antiguo de Funchal, una zona llena de tiendas de artesanía y restaurantes con mucho encanto. Consejillo del día: ¡Ten cuidado con los restaurantes!
Después de caminar un rato y ser perseguidos literalmente por camareros de diferentes locales que querían convencernos a toda costa de comer en sus restaurantes, encontramos uno en el que, por fin, podíamos ver el menú sin ser agobiados. Decidimos quedarnos, atraídos por la posibilidad de comer con calma.
Optamos por el menú del día, que incluía sopa de pescado y espetada, un plato típico de Madeira. Sin embargo, al final de la comida, nos sorprendieron con un ticket de 50 euros cuando el total real debía ser de 25. Dado que éramos los únicos comensales en ese momento, no había margen para errores de mesa. Tras una pequeña discusión, logramos que nos corrigieran la cuenta. ¡Siempre revisa tu factura y no dejes que te engañen!
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Espetada |
En la tarde, nos dirigimos en moto al supermercado para abastecer la cocina del apartamentito con lo necesario para nuestros días en Funchal. Necesitábamos lo básico para desayunos, meriendas y cualquier capricho que nos surgiera. Justo en la calle perpendicular al Mercado de Lavradores encontramos un mini market muy útil y conveniente.
Nuestro día concluyó con una visita al principado más pequeño del mundo: el Principado de Pontinha. Este curioso lugar se encuentra en un peñasco junto al puerto de Funchal. Madeira, al igual que las Islas Canarias, tiene una hora menos que la Península Ibérica, pero en Pontinha se rige por la misma hora que en la Península, es decir, una hora más.
Pontinha es conocida por ser una mini-nación con una población de solo 4 personas: el Rey, su esposa y sus dos hijos, quienes tienen pasaporte tanto portugués como de Pontinha. El actual monarca es el Príncipe Renato II, y, curiosamente, no se conoce nada sobre el Príncipe Renato I ni el paradero de este primer soberano. En este principado, los gatos son casi tan comunes como los habitantes humanos.
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Principado de Pontinha. Fuerte San José. |
Nos encanta empezar el día temprano y aprovechar al máximo las horas de luz. Por eso, nos dirigimos a Câmara de Lobos, un pintoresco pueblecito costero a solo 15 minutos de Funchal. Es uno de los lugares más antiguos de Madeira, conocido por sus embarcaciones coloridas llamadas Xavelhas.
El nombre del pueblo proviene de los tiempos en que abundaban lobos marinos en la zona. Hoy en día, solo queda una pequeña colonia que vive en las islas desiertas frente a la isla principal.
Casualmente, el día que visitamos Câmara de Lobos, coincidía con la fiesta mayor del pueblo. Aunque durante el día no se notaba mucho el ambiente festivo, había un notable movimiento de gente. La poncha, la bebida típica de Madeira hecha de aguardiente de caña de azúcar, agua, azúcar y zumo de limón, es especialmente famosa en este pueblito.
Câmara de Lobos es el puerto pesquero de Funchal, y es aquí donde se captura el pescado que luego se vende en el Mercado de Lavradores de Funchal.
Después de explorar el pueblo, nos dirigimos al Mirador de Cabo Girão, el acantilado más alto de Europa con 580 metros de altura y el segundo más alto del mundo. La carretera para llegar hasta allí está llena de curvas empinadas, y resulta bastante peligrosa en moto, por lo que es importante tener experiencia y conducir con calma. Las vistas desde el mirador son impresionantes y valen totalmente la pena.
En la zona hotelera de Funchal, nos dirigimos al Hotel Vidamar, donde contactamos con una escuela de buceo para que Regi pudiera obtener su certificado de Open Water Diver. El curso se extendió durante tres tardes y nos costó 350 euros en total.
El curso de buceo fue una excelente adición a nuestro viaje. Aparte de ofrecer un gran aprendizaje, fue una oportunidad para explorar el mundo subacuático de Madeira, que es conocido por su rica vida marina y sus impresionantes paisajes bajo el agua.
Si estás interesado en el buceo, es una gran idea aprovechar la experiencia en un lugar tan hermoso. Madeira ofrece condiciones ideales para el buceo, y la escuela de buceo en Vidamar es una buena opción para obtener tu certificación.
Frente a la heladería del primer día, justo en el paseo marítimo que da al puerto, encontramos un puesto de comida sobre ruedas que se convirtió en una de nuestras paradas favoritas. Allí vendían bifanas, que resultaron ser las mejores que hemos probado.
Las bifanas son un plato típico portugués que consiste en cerdo marinado con ajo, vino y laurel, cocinado a la parrilla. Se sirve dentro de un pan especial llamado bolo do caco, que es un pan redondo y plano, tradicional de Madeira. El contraste entre la carne jugosa y el pan crujiente es simplemente delicioso.
Este pequeño puesto se convirtió en un lugar recurrente para nosotros, ya que su comida era no solo sabrosa sino también una forma auténtica de disfrutar de la gastronomía local en un ambiente relajado frente al puerto.
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Bifanas y poncha de MARACUYÁ |
Ribeira Brava es un encantador pueblito a solo 15 minutos de Funchal, conocido por su río caudaloso, que da nombre al lugar. Aunque es pequeño, Ribeira Brava ofrece un encantador ambiente para pasear y explorar.
El río que cruza el pueblo añade un toque pintoresco al paisaje, y las calles están llenas de tiendas de souvenirs, ideales para comprar recuerdos de Madeira.
Es un lugar perfecto para recorrer a un ritmo tranquilo, disfrutar del ambiente local y quizás llevarte un recuerdo o dos. La arquitectura y el entorno natural hacen de Ribeira Brava un destino encantador para una escapada relajante.
Machico es un encantador pueblito costero situado a 20 km de Funchal. A diferencia de muchos otros lugares en Madeira, Machico cuenta con una playa de arena, ideal para relajarse y disfrutar del mar. Además, la zona ofrece diversas rutas de senderismo que permiten explorar el hermoso paisaje de la isla.
Entre las atracciones destacadas de Machico están los miradores:
- Miradouro do Pico do Facho: Ofrece vistas panorámicas de Machico, la costa y el aeropuerto de Madeira.
- Miradouro do Senhor dos Milagres ou da Queimada: También brinda impresionantes vistas de la región.
El acceso a estos miradores puede ser complicado debido a las curvas y a la proximidad con las rutas de aterrizaje de los aviones, por lo que es recomendable proceder con precaución.
Caniçal es una localidad cercana, parte del municipio de Machico, ubicada a unos 30 minutos de Funchal. Es conocida por su acceso a diversas actividades al aire libre:
- Excursiones en catamarán: Desde aquí se pueden realizar excursiones para observar delfines y ballenas.
- Ruta de la península de São Lourenço: Una ruta de senderismo que culmina en el Miradouro da Baía d'Abra, ofreciendo vistas espectaculares del paisaje volcánico de la isla. La ruta dura alrededor de 3 horas y es bastante exigente, así que es importante llevar suficiente agua.
Después de un día de exploración y de completar el curso de buceo, un bufé libre chino en la zona del Casino de Funchal fue una excelente forma de celebrar. Con un precio de 8 euros, ofrece una variedad de platos a un precio muy razonable.
es un pintoresco pueblo ubicado al norte de Madeira, a unos 40 km de Funchal. Para llegar a Santana, la carretera ER 101 es la opción más rápida y ofrece vistas impresionantes mientras cruza la isla.
Qué no te puedes perder en Santana:
Casas Tradicionales: Santana es conocida por sus distintivas casas tradicionales de tejado triangular, construidas con paja y madera. Estas estructuras pintorescas son un ícono de la arquitectura local y añaden un encanto especial al pueblo.
Aunque las casas tradicionales son solo una parte del pueblo, algunas están abiertas al público para su visita, permitiendo a los turistas explorar el interior y apreciar la arquitectura y el estilo de vida de antaño.
Bosque de Laurisilva. Este bosque, que cubre gran parte del norte de la isla, es famoso por su biodiversidad y su importancia ecológica. Es un lugar ideal para el senderismo y la exploración de la flora y fauna local.
La ruta hacia las 25 Fontes es una de las más destacadas de Madeira y es conocida por su impresionante belleza natural. Para llegar a ellas, puedes ir en transporte privado como hicimos nosotros y aparcar en el aparcamiento de Rabaçal que es el punto de partida de esta ruta. Esta ruta PR-6 es de aproximadamente 12km ida y vuelta, una ruta muy bien señalizada pero necesitarás buen calzado pues el terreno es bastante resbaladizo.
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Lapas |
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Espetada |
Nuestro día empieza tu visita dando un paseo por el extenso paseo marítimo de Santa Cruz. Es el lugar perfecto para respirar aire fresco mientras disfrutamos de las vistas al mar. Las calles aledañas están llenas de tiendas de artesanía donde el mimbre es la estrella. Aquí encuentras de todo: cestos, muebles y decoraciones únicas, todos hechos a mano con este material que se cultiva y seca localmente.
Sin olvidarnos del mercado! Situado en el extremo este de la playa. Es el lugar ideal para comprar frutas y verduras frescas, y realmente te sumerges en la vida cotidiana del pueblo.
Las vistas desde Santa Cruz son impresionantes. Desde aquí pudimos ver las islas desiertas que se encuentran frente a la isla principal.
Madeira no es solo la isla principal, ¡Porto Santo también existe y es un verdadero paraíso! Esta isla volcánica, conocida como la Perla del Atlántico, es un lugar de ensueño que te dejará sin palabras. Con una población de algo más de 5.000 personas, Porto Santo se extiende a lo largo de 11 km, con impresionantes playas de arena fina y aguas azules cristalinas que parecen sacadas de una postal.
La historia de Porto Santo es tan fascinante como su belleza natural. Fue descubierta por un marinero portugués que, en busca de nuevas rutas, terminó allí después de una tormenta.
Cómo Llegar a Porto Santo
Para llegar a este paraíso, debes tomar un ferry desde el puerto de Funchal con la compañía Porto Santo Line. Los ferrys salen todos los días excepto los lunes, partiendo a primera hora de la mañana y regresando a última hora de la tarde. El trayecto dura unas dos horas y media y, si tienes suerte, puedes ver cetáceos como ballenas o delfines, ya que esta zona es frecuentada por estos increíbles mamíferos marinos. El precio ronda los 60 euros, y un poco más si decides llevar tu moto.
Moverse por la Isla
Para nosotros, llevar la moto fue imprescindible. Aunque Porto Santo es una isla pequeña, tener la libertad de moverse sin depender de taxis es una gran ventaja. Alternativamente, también puedes alquilar unas bicicletas para explorar a tu ritmo. La mayoría de la gente que llega sin vehículo tiende a quedarse en la primera playa cerca del puerto. Pero créeme, hay mucho más que ver en esta isla y vale la pena recorrerla.
Descubre la Isla Entera
Porto Santo tiene mucho que ofrecer más allá de sus playas cercanas al puerto. En moto, pudimos descubrir lugares ocultos y disfrutar de cada rincón de esta hermosa isla. Desde sus paisajes volcánicos hasta sus tranquilas playas, cada parte de Porto Santo tiene su propio encanto.



El centro de Funchal, llamada Zona Velha está llena de calles estrellas, adoquinadas y puertas para quedarse mirando durante horas. Cada puerta de edificio está pintada y decorada con murales hechos por artistas. Muy original y colorido.
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